Monday, April 16, 2007

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1951, y el furor de los yankees llevó a Don "ge" al estadio... aún con el parche y el ojo derecho muy azul y muy cansado se deleitó del espectáculo que sólo Nueva York presentaba... ver a los Yankees, y vivir como náufrago en una isla caribeña.
De regreso al hotel, eran las seis de la tarde, y el frio empezaba a caer y acartonar su cara, por eso entró a los locales comerciales que se atravezaron a su paso, para encontrar una cafetería y esperar a que aminorará el viento.
Al sentarse, vió a quince metros a su derecha una tienda que entre sus anaqueles de cosas brillosas y cajas color marrón, se encontraba una cámara fotográfica. Su pasión no era la fotografía, eso realmente le importaba un bledo, lo que le interesó era tener una y no vivir a expensas del fastidioso de Ramiro, que cada vez que se presentaba la ocasión tenía que llamarle y registrar cuanto movimiento familiar se generaba. Llegó a Chalchiuites quince días más tarde, y entre todas las cosas, sacó una Leica IIIC, lente original, y estuche de piel.
No sé realmente si alguna vez hizo uso de ella, y si el Tío Ramiro sigió siendo el fotógrafo oficial de la familia en las décadas de los cincuentas y sesentas... Pero la cámara pasó a las manos de mi padre, en 1979.
Era navidad y recuerdo que mi papá entró a la recámara de mis abuelos. En el closet, había una gran caja azul, de ese azul claro de las revistas antiguas... sí, si la vieras de seguro recordarías ese azul. De andentro sacó una cámara en estuche café y su olor me quedó fijo durante días... el olor a piel sucia, a piel de años...
Tampoco tengo idea si mi padre alguna vez la uso, quiero suponer que alguna vez lo hizo, pero no lo recuerdo claramente.
Lo que si recuerdo es que mi padre murió una año más tarde.
La cámara la resguardó mi madre por años, debajo de los cajones de su closet y entre todos esos recuerdos que no quería revivir.
En 1997 y antes de viajar a vivir a Monterrey, y queriendo revivir todos esos recuerdos que quería traer a mi nueva casa, me encontré esa cámara. Mi madre no tuvo reparo en dármela, por lo que en ese momento pasó a ser parte en tercera generación del apellido Dorado.
2007, Mi madre murió. y la cámara sigue viva, hace un mes fue llevaba a mantenimiento y a partir de esa fecha la era digital pasó a segundo término en mis preferencias fotográficas.
Sus fotografías están en www.flickr.com/photos/fdorado/
Yo no sé cuántas fotografías había tomado esta vieja Leica IIIC, pero yo quiero suponer que sólo una, aquella que Don "ge", emocionado tomó desde aquel viejo avión partiendo de Nueva York, y que tenía como fondo el viejo Estadio de los Yankees.