Wednesday, November 02, 2005

...la evidencia segun Saramago...

2 Comments:

Blogger Luis Panini said...

Qué desgraciados somos los bañistas. Hacemos de todo en este tipo de situaciones, menos de ponernos en el lugar de la víctima. ¿Y cómo hacerlo? Es la propia Muerte del Otro la que nos recuerda a gritos nuestra condición de vivos.
A mí me tocó presenciar un accidente bastante perturbador. Quizá recuerdes que frente a la casa de mis padres en Monterrey se encuentra un colegio para secretarias. Una de la estudiantes fue atropellada a unas cuantas cuadras por un camión de ruta frente al Pollo Loco y el Das Bierhaus, en la avenida Miguel Alemán. Yo iba caminando por ahí con una amiga, ella me dijo "vamos a ver" pero al principio no me animaba, luego me ganó el morbo. La estudiante estaba tirada boca abajo sobre el pavimento y, nunca se me olvida, tenía la huella del neumático tatuada en lodo sobre la espalda, el contraste con la blusa blanca de su uniforme fue devastador. Quiso levantarse pero no pudo, alguien tuvo la sensatez de decir "no te muevas hasta que vengan los de ambulancia". Una señora se enojó con un hombre porque éste llegó minutos después del accidente y se puso a fisgonear como todos los demás lo hacíamos. La señora le dijo: "muévase, oiga, no me deja ver, yo llegué primero". Un niño lamía un cono con nieve recién comprado en la Danesa 33, en aquellos tiempos todavía existía la Danesa en esa esquina. Recuerdo los detalles de la gente alrededor de la muchacha, porque de cierta forma fueron los que más terror me provocaron. Su indiferencia. Corrijo: Nuestra indiferencia. Creo que la muchacha murió al siguiente día. No estoy seguro, pues me lo dijo mi mamá, y a las madres les encanta exagerar, sobre todo cuando de cierto tipo de eventos se trata, para de alguna manera aleccionar a su hijos e hijas: "Ya ves lo que le pasó a la chamaquita...Por eso te digo, fíjate antes de cruzar".
En fin, tanto me afectó la imagen, que de hecho el año pasado comencé a escribir una novela (o intento de, ya veremos) que precisamente da inicio con una escena muy parecida a la del accidente que te acabo de describir.
Por cierto, la imagen que publicaste me produce sentimientos muy ambiguos: Ahí tienes a esos dos bañistas gozando de la playa y a unos cuantos metros ese "objeto inanimado", ese "muertito" que viene a destruir cierto orden natural establecido: la arena, las rocas en segundo plano, la sombrilla, la piel de los bañistas, las latas, la hielera, el hombre de la camisa amarilla en la distancia, ¿y a ése que le pasó, tú?, ¿se habrá ahogado? pobrecito, alguien vaya a ayudarlo, el sol, la brisa, el olor a bronceador, el muertito, el muertito, el muertito...

3:11 PM  
Blogger lemon said...

Aaaa no manches yo pense que estaba tomando el sol o.O

3:22 PM  

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